A pesar de los continuos obstáculos y restricciones debido a la pandemia de COVID, el 2021 fue un año lleno de acontecimientos, aprendizajes y logros. Descarga nuestro informe anual y entérate sobre nuestras actividades y logros de nuestros tres programas: Permacultura, Educación Intercultural y Derechos Humanos y de la Naturaleza
Carta del Director
El 2021 marcó el 200 aniversario del Perú como república independiente. El bicentenario, como se le conoce aquí en Perú, coincidió con las elecciones parlamentarias y presidenciales, las cuales encendieron cierta emoción entre nuestra población. Sin embargo, para muchos peruanos, esta emoción se desvaneció rápidamente cuando quedó claro que teníamos que elegir entre la hija del ex presidente de Perú que cumple una condena de cárcel por crímenes de lesa humanidad y un maestro rural que no parecía apto para el trabajo. La nación se polarizó cada vez más. El partido que perdió se dedicó a hacer ingobernable el país, y el presidente electo Pedro Castillo no hizo mucho por convencer a nadie de lo contrario. Al final de El bicentenario, con una economía ya golpeada por la pandemia, Perú parece una nación dividida atrapada en un callejón político sin salida.
A estas alturas, probablemente la mayoría de nosotros ya ha puesto cierta distancia entre el COVID y la vida cotidiana. Pero, mirando hacia atrás, al menos durante la primera mitad del 2021, el COVID seguía definiendo nuestras vidas e imponiendo restricciones, con trabajo remoto, segundas (o terceras) olas, nuevas regulaciones, dificultades para trabajar con nuestras comunidades aliadas, etc. La pandemia también sacudió a directamente a nuestra familia Chaikuni. En junio, nuestro contador por muchos años, Raúl, se encontró de repente e inesperadamente en la UCI luchando por su vida. Fue necesario lo que pareció un pequeño milagro para que pudiera regresar, para nuestro inmenso alivio.
En la segunda mitad del año, la nueva normalidad se apoderó de Iquitos y sus alrededores y, finalmente, pudimos trabajar sin restricciones. Durante los siguientes seis meses nuestro equipo intensificó el ritmo para terminar de implementar nuestro mayor proyecto financiado por la cooperación hasta la fecha. Si bien el COVID había impuesto serios retrasos y dificultades en el camino, aún logramos alcanzar (y superar) nuestras metas. Asistiendo a 35 familias ayudamos a instalar 27 hectáreas de diversos sistemas agroforestales en nuestras cuatro comunidades aledañas. Asimismo, Chaikuni estuvo presente en las escuelas locales ofreciendo talleres de concientización ambiental y ayudando a las asambleas comunitarias a establecer planes comunales de uso de la tierra y organizar la vigilancia comunitaria de sus recursos forestales.
El Centro de Permacultura Chaikuni desempeña un rol fundamental en lo que hacemos. Durante mucho tiempo planeamos mejorar su diseño y construir nuevas instalaciones para realizar capacitaciones para la población local, visitantes internacionales y recibir voluntarios. Mientras avanzábamos lentamente con nuestros planes, en agosto el Templo del Camino de la Luz generosamente nos entregó parte de su infraestructura. Una casa de madera grande y hermosa con un comedor, cocina e instalaciones sanitarias, así como una gran cantidad de alojamientos semiprivados y privados, abrieron nuevas y emocionantes posibilidades, incluida la reapertura de nuestro programa de voluntariado regular, el cual ya ha tenido un impacto significativo.
¡El próximo año será el décimo aniversario de Chaikuni! Sentimos más que nunca que, en estrecha colaboración con las comunidades indígenas y locales, contamos con soluciones reales para ofrecer a una región amazónica que necesita con urgencia alternativas justas y regenerativas. En el presente informe anual esperamos compartir con usted los impactos de nuestros esfuerzos y los invitamos a seguir siendo parte de nuestro movimiento por una Amazonía próspera y una vida floreciente para todas las formas de vida.
Con cariño,
Stefan Kistler
Director Ejecutivo