Nos enorgullece compartir con ustedes nuestro Informe Anual 2024, un año marcado tanto por desafíos ambientales como por historias de resiliencia, acción y esperanza en la Amazonía peruana.
En sus páginas, encontrarán los momentos más destacados de nuestro trabajo con estudiantes indígenas, iniciativas de agroforestería y defensa de los derechos de la naturaleza. Desde victorias legales en defensa de los ríos hasta los sueños de jóvenes profesionales indígenas, este informe demuestra nuestro compromiso con seguir contribuyendo con la regeneración de la Amazonía.
Los invitamos a explorar nuestra memoria y a unirse a nosotros para celebrar a las personas, alianzas e ideas que están construyendo un futuro mejor para la Amazonía y sus defensores.
CARTA DEL DIRECTOR
En 2024, la Amazonia volvió a ocupar la prensa internacional con titulares desalentadores. La mayor sequía registrada en la región en décadas nos dejó imágenes que parecían sacadas de una ficción postapocalíptica: grandes barcos varados en el cauce seco del Amazonas, arenales interminables donde antes corrían ríos enormes, miles de incendios extendiéndose sin freno… Escenas inquietantes que tal vez anticipan un escenario futuro cada vez más probable. No en vano, la comunidad científica viene alertando sobre el riesgo de que la amazonia alcance un punto de no retorno y se convierta en una gran sabana, perdiendo su capacidad reguladora y agudizando el calentamiento global.
Pero en medio de este panorama sombrío, el 2024 nos dejó también imágenes que alimentan la esperanza de un cambio de rumbo: Diversos medios internacionales mostraron la foto de un grupo de mujeres sonrientes posando en la orilla de un gran rio. El río es el Marañón, que fue reconocido como sujeto de derechos por la justicia peruana en una sentencia histórica. Las mujeres, Mariluz, Celia, Gilda y Emilsen, representantes de la organización Indígena “Huaynakana Kamatahuara Kana”, fueron las artífices de la demanda para lograr este reconocimiento. Detrás de esta foto hay una larga historia de lucha por el territorio, la memoria y los derechos del pueblo kukama-kukamiria, para quienes el río es el centro de su cultura, su forma de vida y su espiritualidad. Con la sentencia se crea un nuevo marco para defender el Marañón y sus afluentes frente a las amenazas de la contaminación petrolera, los proyectos de dragado o la minería aluvial.En Chaikuni nos sentimos profundamente honrados de poder acompañar este proceso junto a las mujeres de Huaynakana y sus aliados.
En nuestro álbum de fotos del 2024 también encontramos un grupo de jóvenes indígenas posando con sus recién obtenidos títulos universitarios. Ellos no aparecieron en los grandes medios, pero son notica y motivo de orgullo para sus comunidades y para quienes los hemos acompañado en este camino. Pitit del pueblo awajún, sonríe a la cámara con su certificado de bachiller en ecología de bosque tropicales. Tras su experiencia en el Centro Chaikuni, Pitit decidió volver a su comunidad para hacer su tesis sobre las chacras tradicionales awajún, mostrando como el conocimiento ancestral dialoga con las técnicas actuales de agroforestería dinámica y es la base para que los pueblos amazónicos desarrollen sus propias alternativas productivas. Uno de sus sueños es crear un centro de agroforestería en su comunidad.
A vista de dron, podemos apreciar cómo han ido desarrollándose nuestras parcelas. En 2024 el Centro Chaikuni ha seguido consolidándose como un espacio de práctica y promoción de la agroforestería amazónica regenerativa.Hemos fortalecido la relación con nuestros aliados en un nuevo evento de dialogo de saberes y también hemos conseguido expandir la formación de promotores comunitarios, con nuevos promotores de los pueblos matsés, kapanahua y yagua, por iniciativa de la organización regional ORPIO. Ellos se suman al trabajo con promotoras kukama del Marañón y familias de las comunidades cercanas, que ya vienen implementando parcelas altamente diversas y sin quema.
Frente a la incertidumbre y los grandes desafíos globales, la naturaleza nos enseña que la clave de la resiliencia está en la diversidad, la reciprocidad y la cooperación. El compromiso de nuestros socios, colaboradores y voluntarios; la ilusión de las personas, familias y comunidades con las que trabajamos; el intercambio con nuestros aliados y la confianza de nuestros donantes nos invitan cada día a trabajar por un mejor futuro para la Amazonía.
Gracias por formar parte,
Daniel López
Director Ejecutivo