Informe Especial: La Serpiente Negra de la Amazonía Peruana, el Oleoducto Norperuano

Por Sophie Pinchetti

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Desde el año 1979, más de cien derrames de petróleo han ocurrido a lo largo del Oleoducto Norperuano (ONP). Finalizada su construcción en 1977, el ONP se extiende a lo largo de 1.106 km desde la Amazonía hasta la costa peruana, y es operado por la empresa estatal Petroperú. La gran parte de los derrames se produjeron después del año 2008. Solamente en el 2016, los derrames de petróleo alcanzaron más de una docena.

La mayor parte de los derrames se han producido en la región de Loreto en la Amazonía Norte del Perú, siendo ésta la región más grande de la Amazonía Peruana. Loreto abarca aproximadamente 368.852 km2 de bosques tropicales, es el hogar de 27 pueblos indígenas, incluso pueblos indígenas viviendo en aislamiento voluntario, y miles de especies de plantas, animales e insectos en peligro de extinción.

Los derrames han afectado gravemente al medioambiente, a la biodiversidad, a los ecosistemas, a la salud de las comunidades y su acceso básico al agua y comida para el consumo humano. Al mismo tiempo agravaron los conflictos sociales en la región. Los pueblos indígenas afectados y sus organizaciones representativas llevan luchando muchos años para ser escuchados, y más de una vez han organizado largas protestas. Inés Vásquez Ramírez, una madre indígena del pueblo Kukama Kukamiria de la comunidad San Roque, situado en la ribera del río Marañón, nos dijo lo siguiente:

“El agua es muy importante porque del agua vivimos. Nuestras aguas son contaminadas por la empresa, estamos muy tristes. Con esta agua nuestros niños se están muriendo. Ya no tenemos pescado ni en el río ni en las cochas. Constantemente hay derrames de petróleo. Todos los días, por más que purificamos el agua, por más que la tratemos, no es apta para el consumo humano. Estamos ingiriendo metales pesados, como plomo. Si no hay salud, no hay vida. Pido al Estado que nos atienda con agua tratada y víveres para estos niños que están desnutridos en nuestras comunidades. El Estado no nos hace caso. Por eso nos hemos parado de nuevo, en este caso si no nos vuelven a atender, vamos a parar con más fuerza ya. Habrá un paro indefinido.”
Inés Vásquez Ramírez, una madre indígena del pueblo Kukama Kukamiria de la comunidad San Roque (Foto: Sophie Pinchetti)

Un informe recientemente elaborado por una comisión del Congreso Peruano concluye que los impactos de los derrames de petróleo no han sido analizados, medidos o evaluados por el gobierno y que existe poca información con respecto a la salud de la población afectada. Además, desmiente el engañoso discurso que circula en los medios de comunicación de que comunidades indígenas causan los derrames deliberadamente, ya que el mismo informe indica como responsables a terceros y destaca la negligencia y la posible corrupción de la petrolera estatal Petroperú en relación con los derrames.

Lamentablemente el informe argumenta que para que las operaciones del Oleoducto Norperuano sean totalmente viables (y por lo tanto justifiquen grandes inversiones para mejorar la infraestructura), es necesaria una intensificación de la explotación petrolera en la Amazonía peruana. En estos tiempos de cambio climático en gran parte causado por del hombre, y en vista de las pérdidas catastróficas y los daños sociales y ambientales irreparables generados por los derrames del oleoducto y los impactos acumulados de casi cincuenta años de explotación petrolera, ¿es la inversión adicional en la industria petrolera de Perú una propuesta razonable, justa y responsable?

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“La gran mayoría de científicos confirmas que la hora está un minuto antes de las doce, si queremos limitar el aumento de la temperatura global de 1.5 grados Celsius y evitar los impactos más serios del cambio climático. La transición hacia la energía renovable tiene que ocurrir ahora. Hay que dejar los combustibles fósiles en el suelo, y conservar los bosques que aún nos quedan para que puedan seguir cumpliendo su función como reservorios de carbono, así como sus demás funciones fundamentales para sostener nuestras vidas. Los catastróficos impactos en las comunidades a lo largo del ONP tienen que ser atendidos adecuadamente cuanto antes. Además, desde el Insituto Chaikuni urgimos que Loreto empiece a aprovechar su potencial de energía solar… ¿Por qué no existe ni una sola planta de paneles solares en esta región que se encuentra tan cerca del ecuador y tiene un inmenso potencial para aprovechar la energía solar?"

Stefan Kistler
Director Ejecutivo

Lee el informe completo aquí: