Audiencia internacional incrementa la esperanza de disponer de agua limpia para los pueblos indígenas de la Amazonia peruana

Por Sophie Pinchetti, Alex Kornhuber

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Los pueblos indígenas afectados por la actividad petrolera en el norte de la Amazonía peruana han vuelto a levantar sus voces y demandas de justicia en otra audiencia importante con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), esta vez centrada en el caso del derecho al agua en las comunidades indígenas de Cuninico y Vista Alegre.

Estas dos comunidades, representativas de la crisis grave que afecta a muchas otras comunidades de las cuencas amazónicas las cuales han sido afectadas por más de 40 años de explotación petrolera y constantes derrames de petróleo del oleoducto peruano del norte, siguen teniendo negado el acceso a agua potable.

“¿Cuantos años más vamos a seguir consumiendo esta agua contaminada?”, preguntó el líder indígena Watson Trujillo Acosta de Cuninico, una comunidad Kukama-Kukamiria golpeada por un derrame de 2 500 barriles de petróleo en su territorio en el 2014 debido a una ruptura en el oleoducto norte peruano operado por la empresa estatal Petroperú SA, y ha estado luchando por lapara que se haga justicia desde entonceseste tiempo, reclamando el pidiendo por el acceso a agua potable y la atención médica básica. Sentado a su lado estaba el líder indígena Kichwa Llerson Fachin Tuituy de Vista Alegre en el río Tigre, una comunidad que ahora cuenta con tres cementerios debido a los altos niveles de mortalidad infantil en las últimas décadas. Desde los años ochenta, Vista Alegre ha estado muy contaminada debido al vertido de aguas de producción tóxicas en los ríos y derrames por empresas como Occidental Petroleum Corp (OXY), Pluspetrol SA y Frontera Energy Corp. que operan en el lote petrolero más prolífico del Perú, el lote 192. Los líderes pidieron a la comisión que “exhorte al estado peruano que no nos s siga matando a los Pueblos Indígenas de esta manera”, con demandas que incluyan la provisión de agua apta para el consumo humano, salud, educación, reremediación mediación y compensación por los impactos de la contaminación .

“For how many more years are we going to continue drinking this contaminated water?”
Derrame petrolero en la comunidad de Monterrico. Crédito: Alex Kornhuber

El derecho al agua limpia

La Comisión indicó que el Estado peruano no ha adoptado suficientes medidas de prevención y remediación ante estos desastres. “Sólamente reclamamos Hacemos nuestro justo reclamo al el derecho al agua, elal derecho a la salud y eal derecho a la alimentación. Derechos que se están yendo viendo afectados precisamente por la esta situación de los derrames de petróleo”, dijo Joel Hernández, Relator para Perú de la CIDH. “Parece ser que en los últimos 40 añnos es un fenómeno recurrente en el Oleoducto Norte Peruano, no se adoptan las medidas eficaces”. En los últimos dos años, los derrames del oleoducto del norte de Perú han aumentado, con sóolo 40 derrames documentados en el lote 192 y 24 derrames a lo largo del río Marañón. Construido en los años setenta, las más de cuatro décadas del oleoducto del norte de Perú en las aguas ácidas de la Amazonia han dejado la infraestructura del oleoducto en un estado deteriorado y alarmante.

“We make our just claim to the right to water, the right to health and the right to food. Rights that are being affected precisely by this situation of oil spills”

Como parte de la pruebas entregadas a la Comisión por una delegación integrada por líderes indígenas, la prestigiosa Pontificia Universidad Católica de Perú (PUCP) y el Vicariato de Iquitos, se incluyó la investigación titulada «El derecho humano al agua en el contexto de los conflictos socio-ambientales en las cuencas de los ríos Tigre y Marañón Loreto, Perú” liderado por la prestigiosa universidad PUCP de Lima y facilitado por el Instituto Chaikuni, así como la investigación del Congreso peruano sobre los recientes derrames de petróleo del oleoducto norte peruano. La evidencia fotográfica de los derrames de petróleo seleccionado por el Instituto Chaikuni también se presentó al panel de la Comisión, que llamó a las fotografías “muy impactantes […] las fotografías hablan por sí mismas”.

La comunidad nativa de Cuninico se encuentra al lado del río Marañón. Crédito: Sophie Pinchetti / Instituto Chaikuni.
“Indigenous peoples teach us that water is more than a right – water is a living being, the world needs it for its subsistence”

Los ríos son una fuente vital de vida para los pueblos indígenas amazónicos, que proporcionan no sóolo las fuentes de agua y medios de subsistencia principales de las comunidades, sino que también conllevan una gran importancia cultural y espiritual como parte de la cosmovisión de los pueblos indígenas. “Los ríos son todo para nosotros: dentro del agua sacamos nuestros peces, el agua es algo que está dentro de nuestra familia, de nuestra vida, sin eso no podemos existir”, dijo Llerson. Durante la audiencia, Soledad García Muñoz, Relatora Especial sobre Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (DESCA) de la CIDH afirmó que “tenemos que enfatizar la importancia que tiene la realización del respeto al agua, para la Pachamama y para nuestras sociedades y pueblos originarios que nos enseañaen que el agua es máas que un derecho, que el agua es un ser, vivo, que el mundo necesita para su subsistenciasustancia”.

Procesos de defensa en curso pero aún sin no existen soluciones

Si bien los pueblos indígenas afectados por la actividad petrolera han organizado muchas protestas y sostenido innumerables diálogos con el Estado, que a su vez lograron importantes acuerdos para resolver la problemática, todavía no hay una solución a la vista. “El estado sóolo se ha dedicado a dilatar los acuerdos a través de más diálogos y reuniones, hasta el día de hoy no se ha vistove un resultado concreto en relación a las necesidades exigidas por las diferentes comunidades de las cuencas del rioen lo que las comunidades o las cuencas exigen. Esperamos que la Comisión exhortea que el estado peruano cumpla con sus obligaciones”, nos dice Llerson.

Muestra de cómo quedó la comunidad nativa de Cuninico luego del derrame de 2500 barriles de petróleo. Crédito: Silviu Dimiutrache/Instituto Chaikuni.

En el caso de Cuninico, laesta audiencia con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos fue la segunda vez que la comunidad presentó su caso. En una audiencia de 2016 titulada “La situación de abandono de las comunidades nativas afectadas por los derrames de petróleo” en el marco de la 158ª sesión de la CIDH, los miembros de la comunidad ya habían denunciado la falta de atención por parte del del estado en lo relacionado con por el agua potable y la atención médica, y lael falta de una soluciónremediación adecuada por parte de la petrolera Petroperú, que aún niega la compensación a la comunidad y continúa beneficiándose de la impunidad a pesar del daño irreparable que ha causado a los pueblos indígenas y al ecosistema amazónico en Loreto.

El líder indígena Watson Trujillo Acosta de la comunidad de Cuninico.

Cuninico también tiene un proceso legal a nivel nacional, en el que el Juzgado Mixto de Nauta, emitió una resolución histórica en marzo de 2018 ordenando al Ministerio de Salud de Perú (MINSA) y al Gobierno Regional de Loreto a cumplir con las “medidas cautelares” que había dictado en 2017 y diseñado para ayudar a proteger los derechos de las personas o comunidades en riesgo. “Aúun no tenemos agua ni desaguedesagües”, dice Watson. “En enero de 2017, MINSA sacó un declaratoria indicando que las poblaciones no deberían consumir el agua por que no eras aptao para el consumo humano. El derrame sucedoió en el 2014!”

En el caso de Vista Alegre, esta es la primera vez que la comunidad lleva su caso a la CIDH. El líder indígena Llerson Fachin Tuituy enfatizó que a pesar de que el estado declaró una emergencia ambiental y de salud en la cuenca del río Tigre en el 2015 luego después de una protesta indígena, el estado instaló plantas de agua en las comunidades para tratar ellos altos niveles de contaminación del ocasionados por el petróleo crudo. Pero los resultados de dos estudios realizados por las autoridades de salud de Perú que evalúan la calidad del agua procesada por la planta se han ocultado a los pueblos indígenas, testificó Llerson. Tampoco se han llevado a cabo estudios de toxicología para investigar los niveles de metales pesados en las comunidades afectadas, dijo Llerson. “La contaminación del agua es permanente”, nos dice Llerson, “Los metales pesados siguen bajando y nuestros niños siguen bañándose en el río con petróleo”.

“After the hearing, we have much hope that we can be heard. In Peru, many years have passed, and to this day we still do not have clean drinking water.”

La Comisión debe programar una visita a las cuencas de los ríos Tigre y Marañón con la meta de reunir evidencia pruebas para producir un informe y emitir exhortaciones. “Después de la audiencia, tenemos esperanza que podaemos ser escuchados”, nos dijo Llerson cuando estaba por regresar a su comunidad. “Quizás a través de otras instituciones de categoría más altas podamos atraer la atención que necesitamos y resolver nuestros problemas más rápidamente., más altas, que pueden atenderse con lo que se pida y para solucionar la problema más rápida. Porque acá en el Perú, ya ha pasado muchos añnos, y hasta el día de hoy no tenemos agua potable. Esperamos que la Comisión nos ayude a asegurar las necesidades básicas que necesitamos para sobrevivir Con esta Comisión, tenemos las esperanzas de que podemos atender con las cosas básicas para poder sobrevivir, que como es el agua”.

El Oleoducto norperuano se ubica cerca a la comunidad de Cuninico. Crédito: Sophie Pinchetti / Instituto Chaikuni.